A las 7 de la mañana ya estábamos levantados, queríamos aprovechar para tomar un café antes de salir hasta Can Gio. Quedamos en la cafetería donde nos solemos encontrar y tras una breve explicación sobre la planificación del viaje nos pusimos en marcha. Era sábado y por tanto, atravesar la siempre concurrida ciudad de Ho Chi Minh en moto, debería ser algo más rápido que en días laborales. Sin embargo, nos encontramos con unas prácticas militares en el centro de la ciudad y tardamos bastante en atravesarla.
Can Gio se encuentra a unos 50 kilómetros de Ho Chi Minh City, y hay que usar el ferry para cruzar hasta allí. Actualmente están construyendo un puente pero no está todavía en funcionamiento. No habíamos desayunado nada hasta el momento, por lo que tras atravesar el ferry, hicimos una parada técnica para comer algo. Elegimos comida vietnamita como no podía ser de otra manera: arroz con carne de ternera, huevo y verduras.
Una vez en Can Gio, la atmósfera y el ambiente cambia de manera radical. Acostumbrado a la acústica ruidosa de la ciudad, en Can Gio se respira un ambiente mucho más tranquilo y en contacto con la naturaleza. El paseo en moto se hace agradable, una pequeña brisa hace que podamos soportar mucho mejor el calor. Llegamos sin contratiempos a la primera parada de la mañana: La isla de monos de Can Gio.
Dejamos la moto en la entrada y nos dirigimos hacia el parque natural. Ya me advierte Antonio que tenga cuidado con mis pertenencias, ya que los monos se ven atraídos por todo tipo de objetos que llevamos los turistas. Y nada más empezar a andar, veo como un pequeño animal se lleva mi botella de agua. Un pequeño susto sin importancia que me hace automáticamente guardar las gafas de sol en el bolsillo.
Los monos están completamente acostumbrados a la presencia de los turistas y no se ven nada impresionados ni cuando un gran grupo baja del autobús. Campan a sus anchas y pudimos ver de cerca los enfrentamiento entre ellos, sus técnicas para conseguir comida y cómo se mueven de árbol en árbol.
El parque, a parte de los monos, tiene un gran contenido histórico, ya que en ese lugar, entre los manglares, era donde se escondía uno de los regimiento del ejército vietnamita. Eran los especialistas en el combate acuático y se encargaban entre otras cosas, de sumergirse hasta los buques estadounidenses y hacer detonar minas submarinas.
Es muy interesante ver el lugar en el que vivían, cómo planificaban sus estrategias de guerra y las formas de combatir contra el estado norteamericano. Por ejemplo, me cuenta Antonio, que solían reciclar las bombas de los enemigos. Cuando éstas no explotaban sacaban la pólvora y las usaban para sus propias minas caseras.
Además, en el parque también podemos ver algunos de los ejemplares de cocodrilo que quedan en la zona. Me cuenta Antonio que originalmente en Vietnam no había esa especie de cocodrilos y fueron traídos desde el Amazonas por los americanos para combatir precisamente contra las fuerzas acuáticas vietnamitas.
Tras un recorrido completo por el parque, incluido la lancha rápida, que los vietnamitas pilotan de maravilla, abandonamos La isla de los monos para dirigirnos hacia una zona más rural: Thanh An.
Thanh An es una isla de pescadores, totalmente desconocida para los turistas, donde únicamente podemos encontrar algunos visitante vietnamitas. Hay que coger un barco que tarda unos 45 minutos en llegar hasta allí. Una vez en la isla somos acogidos y presentados a la familia de pescadores que nos espera y rápidamente nos montamos en su lancha rápida para visitar las piscifactorías que hay en la zona.
Muchos de los pescadores crean en el mar sus propias fábricas flotantes. Allí, crían sus peces y posteriormente los venden. Tienen un estilo de vida muy primitivo, prácticamente sin ninguna comodidad, pero se les ve felices.
Visitamos diferentes tipos de criaderos: de ostras, gambas, langostas y muchos otros que no logro identificar y nos hacemos con algunos ejemplares para la cena. Tras terminar el recorrido volvemos a la casa de los pescadores para darnos una ducha y descansar antes de la cena.
Hasta el momento está siendo un día muy completo e intenso, y ya de noche, la familia empieza a preparar la barbacoa para cenar. Antonio y yo aprovechamos para dar un paseo por el pequeño pueblo que se compone de una calle con algunos comercios, la mayoría relacionados con la compra/venta de marisco.
Cenamos en el porche de la casa, en el suelo, descalzos y comemos con las manos. Es la manera de comer de la gente tradicional. Compartimos un vaso muy pequeño (tipo chupito) para beber licor de cáscara de plátano y nos lo pasamos muy bien con la compañía de toda la familia vietnamita: niños, padres y abuelos. Todas las generaciones. No puedo comunicarme con ellos ya que sólo hablan vietnamita y no saben nada de inglés, pero no quita para que, con gestos, nos podamos comunicar mínimamente y nos lo pasemos en grande.
A eso de las 9 de la noche, la familia tiene que ir a trabajar. Es de madrugada cuando se compran los mariscos y se transportan para que a primera hora de la mañana puedan estar en los mercados de la ciudad. Por tanto, nos quedamos a dormir en la casa familiar mientras ellos empiezan su jornada laboral.
Al día siguiente, nos levantamos sin prisa y desayunamos una sopa de fideos en uno de los pocos restaurantes que hay en el pueblo. A las 10 y media cogemos la barca para iniciar la vuelta a casa. Hace mucho calor y hacemos una pequeña parada para beber agua de coco fresca. Nos tumbamos en la hamaca típica vietnamita para descansar un poco y nos ponemos otra vez en marcha.
La vuelta a casa trascurre sin contratiempos. Hacemos otra parada para comer algo y a eso de las 3 de la tarde estamos ya en Ho CHi Minh. Excursión diferente e intensa, una ruta alternativa para conocer la vida de los pescadores vietnamitas.
SAI GON EN MOTO
Los mercados nocturnos son unas de las mayores atracciones para los turistas occidentales. En Asia forman parte de la vida diaria de las personas. Los amigos se reúnen para comer o cenar allí, comprar ropa o tomar algo. Y es que la diversidad de gastronomías que podemos encontrar hacen de estos mercados lugares muy interesantes para dar un paseo al anochecer.
La ciudad de Sai Gon cuenta con algunos de estos mercados como no podía ser de otra manera. Uno de ellos, se encuentra en el centro de Ho Chi Minh City, el cual visitamos. Pudimos ver cómo en la parte baja de las casas es donde se establecen la mayoría de los comercios y en las plantas superiores donde duermen los dueños de los mismos. En muchos casos son familias completas las que se encargan de regentar y trabajar en el negocio y es por ello que no sufren del estrés al que estamos acostumbrados en Occidente.
Hicimos nuestra entrada en el mercado tras hacer un recorrido en moto por la ciudad de Sai Gon. El transporte en moto es una manera fui eficaz de moverse por la ciudad y evitar los atascos, es por ello que recomendamos este tipo de actividades, siempre que se tenga experiencia o con la compañía de un guía. De otro modo, el tráfico en Vietnam puede ser un caos.
Visitamos algunos de los lugares más típicos de Sai Gon: el mercado, donde podemos encontrar cantidad de productos interesantes, la oficina de correos, el ayuntamiento, etc.
El mercado nocturno estaba flanqueado por unas tiendas de flores, que al anochecer dejan una estampa de colores llamativos y brillantes.
Las motos se adentras en los callejones estrechos del mercado, entre los comercios y los viandantes. Algunos simplemente paran su moto un momento y piden la comida para llevar. Nosotros, estacionamos la moto y dimos un paseo por el mercado. Pudimos encontrar todo tipo de comida vietnamita, algunos restaurante de comida tailandesa, zumos estilo taiwanés. Y en definitiva, mucha variedad de comidas y bebidas.
Finalmente nos decantamos por comida tradicional vietnamita. Una especie de crepe, que se enrolla para finalmente parecerse a un rollito vietnamita. Al principio, mi poca práctica hizo que Antonio tuviese que hacerlo por mí, pero finalmente, tras ensayo y error, pude terminar haciendo mis propios rollitos.
El paseo en moto por Sai Gon es una manera excepcional de visitar la ciudad y llegar a los puntos de interés con gran comodidad. La presencia de un guía nos dará también las claves y ayudas necesarias para probar la comida real vietnamita y explicarnos los detalles históricos que son realmente interesantes en un país como Vietnam.
14 Mai Van Ngoc, Phu Nhuan District - Ho Chi Minh City – Vietnam - Licencia: 79-875 / TCDL-GPLHQT -Tel: 028.66539529